PAULA GARCIA IBAÑEZ
Hola
Desde muy joven, el arte, la creatividad y la cultura han sido un pilar importante en mi vida. Tanto es así que hoy en día no puedo considerarlo sólo como una profesión, sino como una forma de vida.
Aunque sea un mundo exigente que a veces tienta a abandonar, el momento de creación se convierte en un espacio seguro en el que el ruido externo deja de existir. Un espacio y un tiempo en que el silencio se hace dueño del entorno y empieza un camino de autodescubrimiento y sanación. La pintura nos ayuda a decir aquello que a veces no conseguimos decir con palabras. Y es liberador.
Ese mismo estado de reflexión es el que nos lleva también a través de la pintura a crear preguntas. Preguntas que no siempre tienen respuesta, pero sirven como vía para el cuestionamiento y la reivindicación.
La pintura enseña a detenerse y observar sin prisa, demostrándonos cuán increíble y complejo es el mundo que nos rodea.
Un poco más sobre mí
Desde bien pequeña pasaba horas con lápices entre las manos. Al principio solo garabateaban un papel en blanco. Con los años las formas comenzaron a adquirir un sentido y la pintura tomó un significado muy personal para mí. Se convirtió en una parte más de mi persona, llevándola por bandera no solo como una afición, o una profesión posteriormente, sino como una forma de ver el mundo y, consecuentemente, de vivir la vida.
La Historia del Arte es fundamental para entender el Arte en sí mismo. Sin embargo, no me interesa la historia tradicional, sino aquella con una nueva visión, más crítica que la que se nos enseñaba en las aulas. La Historia del Arte con perspectiva de género que rescata a todas aquellas mujeres artistas que sí existieron y que alcanzaron gran fama en su tiempo, pero que el paso de los años y una visión patriarcal se encargaron de borrar de las páginas de la historia y de la memoria artística.
Siempre pensé que dedicarme profesionalmente a la pintura sería mí mi mayor éxito. Sin embargo, mi trayectoria me ha demostrado que la verdadera satisfacción llega al conectar a las personas con sus propias pasiones artísticas y ser testigo del impacto positivo que tiene en sus vidas.
La pintura ofrecen un espacio para la reflexión, una poderosa herramienta para el autoconocimiento y la libertad de explorar y cuestionarse.